jueves, 30 de diciembre de 2010

Café Navideño


Llevo varios días intentado actualizar, pero es que las ideas se me agolpan y las palabras no quieren salir.

Llegó la Navidad, comidas familiares, buenas caras, regalos, apariencia, villancicos. Llegó todo lo bueno y lo malo que ello conlleva. Pero este año todos sabíamos que serían un poco más tristes de lo normal aunque intentásemos disimularlo. Pues bien, no es que no la hayamos echado de menos, es que han pasado tantas cosas que no hemos podido ni parar un momento.

Mi 24 de diciembre comenzó así:

10:00  A la petición de: “Ya que tienes que pasar por mi casa para ir a la reunión, te importa acercarme el regalo de mis padres” y yo contestar que sí. Desviación de camino, aparcamiento, subida escaleras, beso de buenos días, entrega de regalo a sus padres con el encuentro de SU padre en el portal y yo con una bolsa con un regalo dentro: Buenos días.

Baja las escaleras, me dirijo al punto de encuentro.

10:45 No hay nadie.

10:50 Toque a mi jefe en plan “ya he llegado”.

10:55 Llamada de mi jefe diciéndome que qué quiero y que qué hago estando allí tan temprano. Se creía que era una hora menos, sí, como en Canarias.

11:30 Empieza la reunión.

14:30 Termina la reunión.

14:45 Cola del Burguer-Auto (paso de hacer publicidad que no me pagan por eso) para comer algo porque la peluquería la tengo a las 3

15:00 Peluquería.

15:45 camino de esos grandes almacenes (que tampoco me pagan por hacerles publicidad) para ultimar las compras y a recoger mi nueva cámara que ya ha llegado.

16:30 ¡Qué cola para recoger la puta cámara, qué todo el  mundo se ha puesto de acuerdo y viene a lo mismo!

16:35 Llamada de mi hermana por si puedo ir a recogerla. Fatalidad al frente (problemas personales, hasta aquí puedo leer)

17:00 Subo para hacer el seguro de mi “camarón de la isla” y me atiende la dependienta-Rudolf, que la alergia la estaba matando y yo con el estrés no daba pié con bolo.

17:35 Me echa más edad de la que tengo y ya no me cae tan bien ¬¬

18:00 Recogida de mi hermana y papelón. Esos momentos en los que no sabes qué decir y sólo te salen comentarios estúpidos para intentar quitarle crispación al asunto.

19:10 Llegada a casa (por fin) damos los regalos, y como suponía mi madre iba a descambiar el mío, no debería de afectarme porque siempre lo hace, en fin.

19:30Tienes que recoger a tu abuela que le dije a las 19:00.

- Con lo bien que acababa de aparcar el coche….

20:00 Llegada a casa de nuevo (esta vez de verdad). Mi objetivo: la ducha.

20:30 - Hay que ver que no me has ayudado a preparar nada de la Cena.

Perpleja me muerdo la lengua, a lo mejor mi madre no se ha percatado que acabo de llegar, todo es posible.

20:45 Vemos las actuaciones de Navidad de los alumnos de mi hermana, trae más vino dulce de ese que me regaló mi jefe que aunque llegue tarde a las reuniones, por esto se lo perdono.

21:00 Los 15 minutos más largos de mi existencia, el cámara tenía parkinson y se movía más que “un garbanzo en la boca de un viejo” (expresión malaguita donde las haya).

21:10 Cena. Sí, mi casa tiene que tener algún antecedente anglosajón porque las comidas siempre se hacen a horas muy tempranas.

22:00 Visionado "Especial de Rafael" (¡qué raro!)

22:30 Me tomo un café para aguantar la noche que aún me espera.

23:00 Mi padre llega de trabajar (Bien, ya me puedo ir).

23:05 Convencer a tu hermana de que lo mejor es dormir en casa y así tu no tener que llevarla a la suya que está en la otra punta de la ciudad (20 min en coche) y ya tienes bastante con llevar a tu tío (15 min en coche).

23:10 -¿Me das cobijo para dormir esta noche en tu casa cuándo volvamos de marcha? Si no tengo que dormir en el sofá porque mi casa está over-booking (convencimos a mi hermana) 

00:00 De camino en coche hasta mi destino de pernoctación. La sucesión de hechos esperpénticos (cosas que mejor me callo) me hacen pegar gritos y reír a carcajadas mientras voy conduciendo. ¿Qué otra cosa me queda? ¿No me voy a poner a llorar, no?

00:15 Llegada a casa de la persona que más ganas tenía de ver esa noche.

- Hace mucho frío para salir al centro, nos quedamos aquí calentitas y vemos

un capitulillo de “Médium”.

- ¡Vale!

No me lo pensé dos veces, hubiera visto hasta el Sálvame con tal de un poquito de tranquilidad.

 

En fin. Qué Feliz Navidad a todos. O Feliz Falsedad (como decía el villancico de Ska-p). Yo me siento como en las novelas de Valle-Inclán, con mis Navidades esperpénticas, qué cosas más raras están pasando… sin dudas unas Navidades Inolvidables.

Lo mejor de todo, la escapada romántica-expréss a Antequera. Hacía falta un poco de tranquilidad, de risas, y de abrazos.


"La capacidad de reír juntas es el amor". (Françoise Sagan, adaptada para los tiempos que corren)



 

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Coffee Drama


No more Drama!
Esta es una frase que escuché en la serie "The L word". Me hizo mucha gracia la primera vez que escuché esa expresión. Creía que sólo esas cosas pasaban en las series, en la ficción, en esa pantallita que nos hace olvidar por unos minutos de nuestras propias historias para fijarnos en las de los otros. Un término no aplicable a la vida real. De ahí las palabras como dramaturgia, dramaturgo, dramático, siempre todo vinculado con creaciones de ficción, sean en el formato que sea. 
Pues o mi vida se está convirtiendo en una serie de televisión (espero que no llegue a culebrón de sobremesa) o esta profesión mía me hace confundir términos, y voy difuminando realidad con ficción. 
Pues aunque se dijese en dicha serie que a veces la vida es: drama, drama, drama (todo esto con acento americano como lo decían ellas). Yo voy a gritar en mi acento malagueño: ¡No more drama! (Eso sí, acento malagueño pero en inglés que para eso estoy liada de nuevo con las clases).
En nuestra profesión es muy común eso de que: La realidad supera con creces a la ficción. Pues va a ser que sí.




"En estos días inciertos en los que vivir es un arte" (Celtas Cortos)



lunes, 20 de diciembre de 2010

Necesidad de café de reflexión


Tanto trabajo, tanto en el tema profesional como en el personal, me han tenido muy ocupada durante todo este tiempo. El estrés se había implantado como acompañante habitual en mis jornadas de trabajo, y en lo personal tampoco ayudaba mucho.
Es el efecto dominó. Como cuando cae la primera ficha y empuja a la siguiente, y así sucesivamente hasta que llega a la final. A esa última ficha que ni se olía que iba a terminar cayendo como las demás.
Pues así me he visto yo en estos días, a veces como en una novela de intriga, otras como en un culebrón mejicano, otras como en un gag de Benny Hill, otras como en un episodio de Friends, otras como en una página de cómic, y también como en otra realidad paralela de lo que debería/podría haber hecho y no hice.
Me he visto desde diferentes puntos de vista del sujeto, como agente activo, como lectora, como oyente, a veces come cómplice, como otra persona que no era yo, como la proyección de mi yo más malo, tonto e insolente que siempre reluce cuándo no debe. Otras como Totó visionando las películas desde la sala de proyección y disfrutando con lo que ve.
Os preguntaréis que ha que viene todo esto, pues es el resumen de todos estos días. Que ni tiempo para actualizar he tenido.
No hay que decir que los cafés han ido y venido en una perfecta sintonía, perdiendo la facultad de agradar, para deleitarme con su capacidad para espabilar o simplemente calentar el gaznate que ha hecho mucho frio en la ciudad, y mi despacho parece la sede del polo norte.
Todo ese caos que se ha producido en mi vida, no me ha dejado ni un segundo para reflexionar, para pararme a pensar, para disfrutar de mis tiempos de meditación, tan necesarios. Es más a veces es un agravante de las situaciones desagradables de esas que no queremos que pasen pero terminan pasando.
Desafíos diarios, que miden tus fuerzas en este combate, que te dejan K.O. y otros que aguantas hasta el último round antes de caerte al suelo noqueada o levantar tu brazo en señal de victoria. Esos “challenges” de los que tanto hemos hablado en clases de inglés.
De vuelta a casa, veía la luz de la ciudad. No me podía identificar con ella. Supongo que falta sintonía, supongo que a partir de mañana cambia el visor, cambia los ritmos, los ciclos, y las cadencias. Supongo que mañana cambian los colores, olores y tactos. Mañana como concepto de tiempo próximo no definido.
Esperemos que sirva de paréntesis, aunque sea un corto período de tiempo. (Ojo, yo no me voy de vacaciones –sólo un par de días- pero que los otros lo hagan ayuda bastante). Esperemos que mañana el mundo se haya relajado, y aunque este tren siga adelante sin detenimiento, al menos que disfrutemos más del viaje. Que apreciemos la belleza del paisaje, y que recupere mis momentos de reflexión, de pensar y meditar y deje de ir a lo loco, diciendo lo que pienso sin pensar lo que digo.

"Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y del universo no estoy seguro" (A.E.)